Aprender composición fotográfica gracias al cine

Que el cine es una fuente inagotable de recursos para aplicar a nuestra fotografía es algo que ya tenemos asimilado, de hecho, seguramente nosotros como fotógrafos no nos acercamos al cine de la misma manera que aquellas personas ajenas a este mundillo, aunque a veces el planteamiento visual sea tan espectacular que a todos se nos olvide el argumento para centrarnos únicamente en la imagen.

 

“Drive”, película de culto que nos hizo quitarnos el sombrero ante su potente puesta en escena, es un claro ejemplo de film que antepone la imagen al argumento. Ya la incluimos en el listado de las mejores películas para inspirarnos fotográficamente, por ello hoy vamos a tomarla como referencia para hablar de composición gracias a un vídeo de Every Frame a Painting.

 

 

No deja de ser paradójico que recurramos al cine para observar la composición fotográfica, siendo este arte una manifestación creativa que surgió de la fotografía. Sería más correcto tomar instantáneas (o pinturas si nos alejamos en el tiempo) como ejemplo para estudiar la forma que ayuda a involucrar al espectador en la película.

 

Aún así adentrarnos en el cine es una manera excepcional de entrar de lleno en la imagen, digamos que lo asimilamos mejor que acudiendo a los libros, nos hace comprender y aprender cómo la composición nos puede ayudar a la narrativa de nuestros reportajes fotográficos desde el entretenimiento.

 

El sistema de cuadrantes

 

Ciertamente la colocación de los elementos dentro de un frame nos acerca de manera inconsciente a la historia. Desde Every Frame a Painting nos hablan del sistema de cuadrantes, con ello se divide la escena permitiendo que nuestra mirada pasee por la narración. Esto nos conduce un paso más allá de la típica regla de los tres tercios, complementándola y haciendo que nuestro trabajo gane en matices.

 

Lo vemos en varias escenas gracias al uso del triángulo, que dispone a los personajes y consigue trasladar a la mente del espectador su significado de manera no consciente. Imaginemos ésto aplicado a nuestras fotografías de boda, la disposición de los novios junto a otros miembros de la familia de tal forma que unido a otras instantáneas refleje una narración comprensible automáticamente por quien lo observa.

 

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Según vemos en el vídeo, la división de planos nos hace obtener diferentes intra historias, de este modo, en una escena muy reveladora, nos hacen ver cómo dividiendo el plano en inferior y superior el lenguaje de los protagonistas ayuda a nuestra comprensión como espectadores.

 

Los sentimientos provocados en el espectador están calculados desde la planificación de la imagen fija. Todo está estudiado al milímetro para que cada elemento encaje perfectamente. Quizá como fotógrafos nos resulte complicado trasladar todo ésto cuando hacemos un reportaje afín a lo espontáneo, pero sólo el entrenamiento del ojo fotográfico a través de la visualización de películas nos hará utilizar todo lo aprendido de manera automática con la práctica.

 

Por Gema S. Nájera

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