
Una de las reglas para aplicar a la fotografía, una vez ya hemos hablado de otros aspectos tan concretos como la composición por medio de planos, es la que nos lleva directamente a los colores. La psicología del color y la composición cromática en la disciplina fotográfica es la que hace que nuestras imágenes conecten de una manera u otra con el espectador.
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Son aspectos que también pueden valorarse a la hora de componer un álbum fotográfico de boda, más teniendo en cuenta que la lectura que queremos darle y la narrativa, de la que tantas veces hemos hablado, nos ayudan a hacer más comprensible la historia de los novios que queremos contar.
Empezando la casa por el tejado, el editado tonal de nuestra fotografía
Para no detenernos en los puntos que suelen acompañar este tipo de estudios, aunque después lo hagamos, me gustaría diferenciar entre la toma de la fotografía atendiendo a unos colores ambientales de luz, ya sean naturales o creados por mediación de flash, y la edición que hacemos de esa toma fotográfica.
Comento la edición porque son los diferentes tipos de filtros o presets de Lightroom o Photoshop los que han ido marcando los diferentes acabados en muchos fotógrafos de boda. Así los hay quienes prefieren potenciar unas cualidades magentas mientras que otros apuestan por la sobriedad que dan los tonos más fríos.
Me pregunto si con ello el fotógrafo está pensando en la psicología del color o si simplemente está siguiendo unas directrices que las vio en un fotógrafo determinado y que indudablemente le gustaron más allá de que pudiese ser fruto de una moda o estilo que se estuviese aplicando en ese momento.
Lo que no cabe duda es que la edición hacia tonos más pastel, por irnos a un ejemplo concreto, ha influido notablemente a la hora de homogeneizar un tipo de boda de clara inspiración vintage. Lo que nos lleva a pensar que finalmente se está aplicando una psicología, aunque sólo sea la de armonizar un conjunto y darle sentido ratificando nuestra experiencia visual (por la información que nos ha llegado de nuestra cultura pictórica o cinematográfica).
©F2Studio
Psicología del color en la toma fotográfica
Dicho lo anterior, que me parecía importante recalcar porque pocas veces se habla de ello, vamos a comenzar ahora por meternos en terreno muchas más veces estudiado, pero intentándolo aplicar a la fotografía de bodas. Quiero por tanto dejar claros unos conceptos:
Matiz o tono: es el nombre del color: rojo, verde, amarillo, azul…
Saturación: Color puro, sin mezcla de otro.
Luminosidad: La mayor o menor brillantez que posee un color respecto al resto de colores.
Estos tres aspectos, los cuales aparecen en nuestros programas de edición, seguramente nos ayuden, empezando de nuevo esa casa por el tejado, a toquetear una imagen en post producción para familiarizarnos con ello a la hora de la toma fotográfica. Pensamos en este punto cuáles son los colores que predominan en una boda y cómo armonizarlos después para llegar al espectador sin confundirlo.
El blanco, presente en el vestido de la novia y la decoración, nos lleva a pensar en la serenidad. Es curioso porque las fotografías de los previos de la novia, suelen contener mucha información de blancos, suelen ser imágenes muy luminosas, que sin embargo contrastan con los nervios internos por los que deben estar pasando en ese momento. Pero a la hora de componer un libro de fotos o de contar una historia, comenzar con esa sensación de paz y tranquilidad ayuda a serenar la lectura. En el lado contrario están quienes utilizan unos tonos en blanco y negro muy contrastados, evadiéndonos un poco de esa idea serena para pensar en composiciones mucho más elegantes y mágicas en su misterio por las luces y las sombras tan pronunciadas.
©Valentín Gámiz
Después, un momento con gran cantidad de información tonal es el del momento arroz. Anteriormente se limitaba al color blanco que proporciona este alimento, pero después se comenzaron a introducir más elementos, en concreto los pétalos rojos ayudan a dar sensación de fuerza, es esa explosión de coloridos que pueden simbolizar los nervios contenidos ya pasados.
©Aitor Audícana
Para las fotografías en los jardines (o donde se realicen) el color viene marcado por el lugar donde se haga el reportaje. Si bien es cierto que hay una tendencia actual a utilizar los tonos naranjas del atardecer, para dar esa sensación de calidez, de acogedor, en otros muchos reportajes se opta por unos tonos más apagados sobre todo en tomas realizadas en la naturaleza de un bosque. Es lo que comentábamos antes de esa vertiente más vintage que nos lleva hacia tonos más livianos. Por ejemplo el verde nos da sensación tranquilizante, de ahí que muchas de las escenas con árboles sean muy serenas tanto compositiva como cromáticamente o con la pose de los novios. De ahí también que el rosa, por su tono pastel, nos hable de feminidad.
©Aitor Audícana
©Antonio Sánchez
En el baile, las luces ambientes van marcando un poco la escenografía de nuestra fotografía. Suelen mezclarse tanto tonos cálidos como fríos, pero ahí estamos nosotros para elegir qué sentimientos queremos transmitir. Por ejemplo un baile agarrado siempre será más susceptible de recibir colores cálidos mientras que acciones más divertidas pueden recibir todo tipo de tonalidades, aunque el amarillo sea el que proyecte más sensación de diversión.
©Etura Weddings
La composición cromática en la toma fotográfica
Soy sincera cuando digo que la mayoría de fotógrafos estamos más pendientes de capturar los momentos atendiendo a unas reglas básicas de composición e incluso de capturar una buena luz ambiente, que de estar pensando en los colores que nos estamos encontrando. Pero sin embargo puedo confirmar que hay quienes sí tienen en cuenta los factores tonales, muchos de los cuales se ayudan de flashes para conseguir sus composiciones atendiendo a soluciones cromáticas.
Este tipo de fotógrafos realizan estas composiciones tras muchas horas de bodas, tras muchas horas de sesiones previas para probar material y tras mucha intuición y paciencia. No hablamos ya de buscar esas luces, sino de crearlas. Por ejemplo, utilizan composiciones donde una luz bañada por un tono frío es contrastada por un flash cálido. Todo ello, bajo mi parecer, más pensando en crear una buena instantánea de luces que de simbolizar alguna sensación por medio del color. Puedo equivocarme.
©Mandragora Studio
No obstante es un poco lo que hablábamos en la parte de psicología del color, hay determinadas situaciones y determinados ambientes cromáticos que nos pueden permitir transmitir una serie de sensaciones sin tener que recurrir a iluminaciones inventadas. Recursos como los elementos en la decoración de una boda o los referentes al estilismo de los novios o invitados nos pueden dar juego a la hora de componer escenas.
©Patricia Bara
Igualmente nos podemos ayudar de la arquitectura y sus colores. Una pared de un color azul nos proporcionará una sensación diferente a la que podemos encontrar con un tono amarillo. La primera nos hará pensar en tranquilidad mientras que la segunda nos llevará a una estampa más divertida.
El círculo cromático
Conociendo el círculo cromático podemos ayudarnos a la hora de hacer composiciones atendiendo a la psicología que el color nos proporciona. Pensemos siguiendo las agujas de un reloj en el rojo, al que seguiría el naranja, amarillo anaranjado, amarillo, verde amarillento, verde, verde azulado, azul cian, azul oscuro, violeta, lila, magenta y de nuevo vuelta al rojo.
Y atendiendo a ello los clasificamos en colores análogos que son los que se encuentran a los lados del color vecino y los colores complementarios que son los colores primarios que quedan colocados de forma opuesta a otro color primario. Por ejemplo azul y amarillo, verde y magenta o rojo y cián. Aplicado a la psicología los análogos producirían armonía mientras que los complementarios producirían agresividad al juntarlos.
En resumen
Un buen ejercicio para practicar con las composiciones siguiendo la psicología del color es fijarnos en lo que nos rodea, componiendo mentalmente o con el dispositivo que tengamos a mano (nuestro móvil por ejemplo). Pensar en los espacios como soporte para situar a nuestros novios y ver qué efecto produce. Así mismo tener en cuenta los diferentes colores que nos vamos encontrando en una boda para poder transmitir diferentes estados de ánimo en el guión que queremos contar.
Como contábamos, en una boda puede predominar un color concreto, definido por el lugar, la decoración, el estilismo de los novios, las flores, etc., por lo que siempre podremos utilizarlo como hilo conductor, algo que nos serviría también a la hora de poner sobre un álbum de boda nuestro reportaje. Así que conecta con el color, búscalo, dale forma y su lugar en la composición y entrena tu ojo para conseguir mejores resultados.
Por Gema S. Nájera
Foto portada: Mandragora Studio
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