La composición por contrastes como recurso fotográfico

¿Puede funcionar una composición en la que predomine la fuerza entre dos conceptos contrarios? Normalmente somos propensos a las composiciones muy limpias, pero en este post vamos a analizar cómo pueden convivir sensaciones muy diferentes en nuestra fotografía, consiguiendo hacer ese click en el espectador que entre en la imagen desde una lectura más elaborada.

 

Hablamos de composición por contrastes como recurso en una misma fotografía, pero perfectamente podemos extrapolarlo a la maquetación de un libro de boda, utilizando conceptos encontrados en un mismo pliego, lo cual nos puede ayudar a romper la monotonía y mantener al lector en continua alerta.

 

Dicho ésto, vamos a parar la lectura de este artículo y pensar en conceptos opuestos. Esos contrastes que fácilmente reconocemos, aquellos que nos vengan a la mente, incluso que hayamos visto en fotografías o los que hayamos utilizado en nuestros trabajos.

 

El mundo de los contrarios siempre es muy gratificante de cara al público porque casi siempre son percibidos, hacen que vayamos a la inteligencia del espectador, el cual cuando lo reconoce termina por autoconfirmar su buen ojo y valorar aún más la labor del fotógrafo. ¿Ya has pensado en esos conceptos? Vamos a ver los más comunes.

 

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Contraste por grande y pequeño

 

F2studio-fotografia-de-boda-Asturias_201©F2Studio
F2studio-fotografos-boda-asturias-0353©F2Studio

 

Empezamos por un clásico, la unión en una misma fotografía de un elemento grande junto a otro pequeño. En este punto me han venido a la mente esas clases de inglés cuando aprendíamos palabras gracias a la oposición de conceptos, con lo cual ir a alguna web donde se nos expongan puede ser un recurso interesante.

 

Pero volvamos al grande y pequeño y sus maneras de explotarlo en los reportajes de boda. Todos conocemos la típica imagen donde colocamos a los novios en diferente plano, en este caso estaríamos utilizando una composición por medio de esos planos en capas pero también estamos jugando con los tamaños y con la contraposición de cerca-lejos. Y siempre, siempre que se haga de forma armónica claro está, funciona.

 

Lo mismo que cuando colocamos a los novios en un paisaje o una arquitectura de un volumen superior a ellos, ese juego de contrarios es lo que hace espectacular a esa fotografía. La pareja aparece empequeñecida en contraposición al entorno, lo cual siempre es un recurso muy atractivo.

 

Y a partir de aquí todo lo que se os ocurra, desde jugar con las alturas de los protagonistas de la foto a los tamaños de los elementos que la forman, pero siempre dejando muy claro que hay dos conceptos enfrentados de forma limpia y clara. Porque si llenamos demasiado la composición llegamos al caos.

 

Contraste por simplicidad y caos

 

rossharvey-029-r19©Ross Harvey
yanazharintsova1382-r15©Yana Zharintsova

 

Aquí podemos jugar con el número de los elementos, es decir, imaginad una composición visualmente muy clara como es la de un ramo en una parte del encuadre y muchas manos que van hacia él en otro espacio de la foto. Si logramos encuadrar de forma que en la imagen veamos ese contraste entre simplicidad y caos, tendremos una buena instantánea.

 

Dentro del fotorreportaje también podemos agudizar la composición centrándonos en la disposición de los elementos de una escena. Podemos dar más peso en una zona de la imagen donde haya concentrado un gran número de personas, mientras que en otro lado se encuentre solo la pareja en un momento de soledad entre ambos.

 

Contraste por movimiento y estático

 

susanabarbera012-r12©Susana Barberá

 

En los reportajes realizados en exterior es un recurso relativamente sencillo, sólo es necesario colocar a la pareja en una zona donde haya movimiento tanto de coches como de otros vehículos. No hace falta realizar una fotografía espectacular en términos de grandes composiciones, con los novios abrazados en una calle y una bicicleta que pase a su lado ya damos esa sensación de dichos contrarios.

 

O algo tan sencillo como esa foto de grupo de amigos donde todos aparezcan saltando excepto los novios que pueden situarse estáticos en el centro. Y siempre como decimos dándole al espectador esa opción de que piense lo que resulta atractivo de esa fotografía, no es sólo colocar elementos, sino hacerlo del tal forma que de pie a pararse a pensar un par de segundos.

 

Contraste por frío y cálido

 

Elena-Pedro-alejandromarmol1071©Alejandro Marmol

 

En este punto ya nos detuvimos en el artículo donde hablamos del cromatismo en la fotografía. Pero no sólo podemos quedarnos en algo puramente centrado en el juego de luces cálidas o frías contrarias en una composición, porque ello más bien será entendido a otro nivel, pero algo tan sencillo como en una boda de invierno jugar con la ropa para crear imágenes con un punto divertido donde claramente se vean esas sensaciones que produce la temperatura ambiente.

 

Aunque sí es cierto que el uso de luces rojas y naranjas contrasta muy bien con los azules. Son muchos los ejemplos que nos encontramos en la fotografía de boda, tanto en composiciones utilizando el interior de un coche o espacios donde poder manipular la luz ambiente con nuestros propios juguetes o recursos como geles e incluso papeles de colores.

 

Contraste por luz y oscuridad

 

mandragora2©Mandragora Studio
Fotografia de boda Asturias©F2Studio

 

Qué decir de dos contrarios tan obvios como la luz y la oscuridad. Extrapolable igualmente a las compos con espacio negativo, donde al final hay una zona donde se concentra la luz, la información, mientras que el resto queda vacío. No obstante el recurso de jugar con la luz para dejar a oscuras un tanto elevado de la composición mientras que la pareja aparece iluminada o el típico contraluz donde podemos quemar el cielo y dejar a los novios en negro, siempre resulta, mas que inteligente hacia el espectador, muy atractivo visualmente.

 

Un consejo final

 

Como decíamos al principio, pensad en todos los posibles conceptos contrarios que se os ocurran, no sólo formalmente sino también a nivel de sentimientos, porque un rostro de alguien riendo frente una mirada en primer plano con una lágrima puede despertar una lectura de dos sensaciones distintas.

 

Dicho lo cual, tened presente que la composición quede limpia y clara sobre lo que queremos mostrar, haced un ejercicio mental de si aquello que habéis planteado os funciona a vosotros mismos, porque sólo así se podrá vender al espectador. Estad muy atentos a lo que sucede, como siempre decimos no estamos aquí para disparar documentando sin más, el documentalismo se basa en la visión subjetiva del fotógrafo y es ahí donde debemos proceder siempre de forma inteligente.

 

Por Gema S. Nájera

Foto portada: Yana Zharintsova

 

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